DESPIERTA COSTA RICA

Durante los últimos 3 años, por razones ya fuesen de trabajo o de simple placer (pues este amado terruño es increíblemente bello), he recorrido Costa Rica de cabo a rabo, como decimos acá en Tiquicia. He hablado, formal e informalmente, con mucha, muchísima gente, y he podido sacar algunas conclusiones que hoy quisiera compartir con todos ustedes:


1- La gran mayoría de la gente de este país NO está interesada en complicaciones ideológicas; y mucho menos en especulaciones filosóficas e históricas del por qué esta o aquella ideología política es mejor o peor. 

2- Lo anterior no implica que haya ignorancia al respecto, sino más bien indiferencia. Consideran que de nada sirve tal o cual ideología política si la situación del país en realidad no cambia. Es indistinto para nuestra gran población si se es socialdemócrata, socialcristiano, liberal, socialista o lo que sea,  pues no encuentran diferencia tajante entre los unos y los otros ya que los ven igual de corruptos y mediocres, pero lo que si notan es el deterioro constante e imparable en el que se sume el país.

3- La gran mayoría de la ciudadanía esta mucho más preocupada por problemas de seguridad en sus comunidades, y estos es más agudo en algunas más que en otras. Que sus calles están llenas de huecos desde hace años. Que la prometida ayuda del gobierno después de una situación de emergencia nunca llega. Que sus EBAIS son insuficientes o terriblemente ineficaces. Que las interminables filas en el seguro o la eterna espera de una cita médica. Que sus escuelas y colegios son chinchorros. Qué no hay empleo. Que el alcoholismo y la drogadicción. Que un puente que aún no ha sido reparado. Que las desesperantes presas de tránsito. Que la mediocridad de los funcionarios gubernamentales pero, sobre todo, de las autoridades municipales. Que las leyes y los jueces no son justas y que los procesos judiciales son eternos. Que el país simplemente va de mal en peor y hay desesperanza de que las cosas cambien.

4- Es una queja constante por el abandono que hace el gobierno de sus comunidades. Para ellos todos los políticos son iguales pues cuando hay elecciones todos llegan a endulzarlos con promesas y después... si te vi no me acuerdo.

5- La gente no se identifica con el abstraccionismo político de la capital y por ello las razones y el apoyo a protestas lo ven como una cosa de Chepe... no algo que les interese. La gran mayoría de la gente desconfía de cualquier labioso y la astucia indígena les dice que la política es una canasta de mentiras. Hay mucho conservadurismo y, aún así, hay mucha disposición de ayudar al prójimo pero también un sentimiento de que todo lo que huela a político es corrupto.

6- Que los bancos estatales son unos sangrones y que los trámites para hacer cualquier proceso, especialmente un préstamo, es super engorrosos y CARO. Las posibilidades de obtener financiación para comprar casa, invertir en un negocio o inclusive para paliar los costos de sembrar (compra de semillas, insumos, herramientas o maquinaria) son realmente limitadas; y cuando lo obtienen quedan a manos de las especulaciones bancarias (que tasas de intereses cambiantes, que tasa pasivas altas, que el pago de su mensualidad se va solo en intereses, que les van a quitar la finca o la casa...)

7- Que el dinero simplemente no les alcanza.

En gran medida, estos 7 puntos resumen lo que he podido captar de mucha gente con la que he hablado. Esto me hace pensar que, a pesar de la imperiosa necesidad de algunos de nosotros de definir si es importante o no que haya una oposición fuerte al PLN, si el PLN es o no socialdemócrata o neoliberal, si el socialcristianismo está acabado, si el PAC aún es una alternativa o si Guevara y Calderón forman alianza o si habrán otras alianzas en la oposición, etcétera. y la verdad es que he notado que para la gran mayoría de la gente de este país, todas las piruetas intelectuales a las que nos gusta jugar (incluyéndome) son realmente basura pues, para ellos y ellas, los problemas más inmediatos y acuciantes no se resuelven con filosofar si no con acción. Y lo que nuestra gente quiere y requiere es un gobierno que le resuelva sus necesidades mínimas de seguridad, educación, salud, vivienda y trabajo de forma pronta. La política no les importa, les importa el bienestar de sus comunidades y que hayan oportunidades para todos de forma igualitaria.

Esta simple pero poderosa y profunda conclusión es la que me ha hecho preguntarme si lo que necesita este país es un político más en la presidencia o a un líder de acción y que ejecute. Que resuelva. Que tome riesgos. Que escuche no que oiga a su pueblo. Me ha hecho preguntarme si de verdad necesitamos de esta clase política desgastada y comprometida hasta la médula con intereses que son los que, en última instancia, mandan. Es lo que me ha hecho preguntarme que es lo que ha sucedido en Costa Rica y en que punto de nuestra historia dejamos de escuchar a nuestra gente y empezamos a escucharnos solo a nosotros mismos y a nuestro egoísmo.

Escuché un discurso en la ONU de una presidenta latinoamericana que decía, más o menos, que cuando un político no escucha a su pueblo ya no tiene derecho a gobernarlo (creo que ustedes saben a quien me refiero). Pues hoy más que nunca estoy convencido de que NINGUNO de los que gobiernan o quieren gobernar a Costa Rica escuchan a su pueblo. Lo oyen, pero no le ponen atención. Alguno que otro hace que escucha (como la foto de un precandidato con unos indígenas) pero en realidad solo actúa para la cámara y la propaganda. Nuestros políticos perdieron la capacidad de escuchar a nuestro pueblo y por consiguiente perdieron el derecho a gobernarlo.


Costa Rica, Dios no lo quiera, se acerca cada vez más a un punto de inflexión y de reacción violenta ante lo que considero es un desface peligrosísimo entre la gran mayoría que clama por servicios y atenciones mínimas pero eficientes y decentes; y una minoría previlegiada que se las niega, no porque quiera, sino porque no se da cuenta... y en este vital punto la ignorancia no es excusa sino culpa. Y es aún más condenable si, en realidad, están concientes de su proceder.

Muy a mi pesar considero que absolutamente ninguno de los actuales pre-precandidatos, precandidatos o candidatos va a resolver este problema. En realidad no creo que sea tan difícil resolverlo, lo difícil es encontrar la persona ideal con el perfil ideal para hacerlo. Y el perfil ideal incluye a un individuo ejecutivo, intuitivo, resuelto, valiente y, por supuesto, que no sea un politiquero. E insisto, ninguno de los actuales contendientes o pretendientes tiene ese perfil.

El pueblo, la gran mayoría de nuestra gente, que es gente noble, sigue esperando que las cosas cambien pero también pienso que no van a esperar para siempre antes de actuar; y eso, queridos amigos, es lo realmente peligroso... y si no preguntémosle al vecino del sur.

 

Publicado originalmente el 23 de Setiembre del 2013

en mi blog URSAMAJOR en Ticoblogger.

 

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