NUESTRA INFRAESTRUCTURA VIAL - UNA PESADILLA HISTORICA

Hemos sobrevivido hasta hoy, de forma por demás precaria, con la infraestructura vial pensada para una población 2.5 millones de personas, tal y como la teníamos a principios de los 80s del siglo pasado, o lo que es lo mismo, de hace casi 40 años.

Nuestra población total se ha duplicado desde entonces y nuestra economía se ha quintuplicado (pasamos de un PIB per cápita de USD2057.00 en 1980 a USD10184.00 per cápita en el 2013) pero, al mismo tiempo que este incremento poblacional y económico presionan fuertemente al país a modernizar su infraestructura de comunicaciones (principalmente carreteras), nos damos cuenta de que tenemos un atraso en su desarrollo, según los expertos del LANAMME, de precisamente 35 años. Y se necesitarían, como mínimo, USD25 mil millones de inversión en los próximos 15 años para rehabilitar y rediseñar la red nacional de alta capacidad conformada por 1.679 kilómetros a lo largo y ancho del país, así como la red de vías regionales de 1.725 kilómetros. Actualmente invertimos anualmente en nuestra infraestructura aproximadamente el 1.2% de nuestro PIB, pero si queremos resolver un problema que día a día se vuelve afisxiante, necesitaríamos que ese porcentaje sea como mínimo el 2.5% del PIB, o sea USD1250 millones al año, y eso si comenzamos desde ya, y de forma resuelta, a solventar el problema.
La efectiva integración de Costa Rica a un mundo globalizado y profundamente interconectado depende de varios factores, pero definitivamente el de nuestra infraestructura es central. Estamos ayunos de una política integral que no solo considere la urgencia de este problema, sino que a la vez considere una solución que abarque otros aspectos interconectados entre sí que afectan directamente nuestra competitividad y nuestro desarrollo. Mientras los países de nuestro entorno regional invierten fuertemente en modernizar su infraestructura, principalmente la vial, nosotros nos debatimos ante un panorama bastante desolador: aumentar el gasto de recursos propios a un ritmo vertiginoso y descuidando, de paso, otras áreas vitales (y no tan vitales), recurrir a préstamos con entidades bancarias regionales e internacionales (o sea, más endeudamiento en un momento que nuestro déficit fiscal degrada la calificación internacional del país) o tratar de reconstruir la confianza y la efectividad de las concesiones. El mundo, en su totalidad, está invirtiendo USD9.0 BILLONES (trillions para los gringos) anualmente en desarrollo de infraestructura porque el resto del planeta está consciente de que nuestra época se define por la interconectividad global, por geografía funcional y ya no por geografía política.

¿Está Costa Rica consciente de esta apabullante realidad?
Personalmente creo que, dadas nuestras limitantes y nuestras posibilidades reales, la figura de la concesión en la modalidad de empresa mixta (pública/privada) es la solución. Debemos de explorar esta alternativa y, si es nuestra mejor opción, ponerla a funcionar de forma inmediata. El planeta es un esferoide que rota sobre su eje... y NO espera a nadie... y obviamente no se va a parar a esperarnos.

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