LA DOCTRINA DEL SHOK

La estrategia de la doctrina del shock es una elucubración de Milton Friedman que, en su momento, Naomi Klein desnudó en su libro del 2007 "The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism". Para resumirla, el mismo Friedman dijo:

“Solo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”.
Países como Chile, Rusia e Irak han sido sometidos a este proceso. Esta doctrina ha sido muy "apreciada" por dictadorzuelos tercer mundistas, catedráticos, presidentes estadounidenses (Reagan, Clinton, Bush Jr.) y hasta por unos cuantos directores del Fondo Monetario Internacional como Michel Camdensus, tristemente recordado por su forma de actuar durante las crisis del Sudeste Asiático y la Crisis de México, o mejor recordada como el "Efecto Tequila". De los países donde se aplicó esta doctrina, probablemente Chile haya sido el más exitoso. Rusia pasó penurias muy serias durante la década de los 90s y principios de este siglo hasta que llegó Vladimir Putin, quien con su característico autoritarismo pero con extraordinaria inteligencia y visión, cambió la estrategia y volvió a las raíces esencialmente rusas para salir del marasmo en el que había caído su país: víctima de abusadores y piratas tanto locales como extranjeros. Rusia, obviamente, era un botín demasiado valioso. El otro país, Irak, pues no ha salido de su postración después de la invasión liderada por USA y es hoy un Estado, digamos que "semi-fallido", pero luchando ferozmente por recuperarse.
Pues bien, en nuestro país estamos al borde de una crisis que, si no reaccionamos a tiempo, será un excusa ideal para aplicar la "doctrina del Shock" de Milton Friedman. Todos los sectores "interesados", incluyendo el FMI, han dictaminado que Costa Rica está al borde una seria crisis fiscal. De hecho lo estamos, pero ¿Estamos haciendo lo necesario para evitarla? ¿Sería correcto SOLO seguir las recomendaciones del FMI para evitarla? o ¿Serán las recomendaciones del FMI, OCDE y otros organismos y organizaciones la receta para sumirnos en una profunda crisis social, económica y política de la cual ya sabemos quién y quienes se beneficiarán? Son preguntas válidas con respuestas difíciles.
El punto relevante acá es: o dejamos que el país caiga en ese estado de cosas o nos ponemos todos de acuerdo para evitar ese escenario. Y el ponerse de acuerdo significa que todos los sectores involucrados lleguemos a un acuerdo nacional en el cual TODOS, absolutamente TODOS, debemos de ceder no solo en nuestras exigencias sino, sobre todo, en nuestros privilegios. Costa Rica NO produce lo suficiente para mantener un Estado excesivamente caro, improductivo, paquidérmico, desenfrenado, ineficaz, ineficiente y bastante corrupto. Costa Rica necesita de la férrea voluntad de todos nosotros, incluyendo los sindicatos de empleados públicos y de las instituciones del Estado, tanto autónomas como semi-autónomas, de una participación seria y comprometida de la empresa privada, de inteligencia, seriedad y determinación de la clase política y, sobre todo, del aliento, empuje y exigencia de todos nosotros para que evitemos ese escenario tan peligroso hacia el que nos dirigimos.
Entendámonos: la atomización de los grupos de interés, tanto los unos como los otros y de una forma u otra, están empujando el país hacia esa “crisis” a la que aludía Milton Friedman. Y la crisis nuestra es REAL, no es inventada y, además, potenciada por una sociedad enojada, dividida y llena de resentimientos.
No se puede aceptar que haya sectores que, antes del supremo interés de la Patria, velen principalmente por sus prebendas feudales. Un derecho adquirido, si no es igualitario para todos, NO es un derecho legal sino una aberración ideológica. Tampoco es aceptable que haya sectores, principalmente en el sector empresarial y financiero, que hagan su navidad y agosto (al MISMO tiempo) y, con ello, empujar el país hacia una crisis que se vislumbra demoledora. Eso es avaricia, egoísmo y deslealtad para con la Patria. Tampoco es aceptable que haya sectores que fustiguen y critiquen el camino que lleva el país y NO propongan soluciones más allá de su reducido entorno y sesgo ideológico.
En Costa Rica TODOS sabemos dónde están los problemas. En pensiones escandalosamente injustas. En prebendas y gollerías sindicales escandalosamente injustas. En una burocracia obstruccionista y corrupta que impide el despegue de una economía que necesita de agilidad e innovación para producir. En grupúsculos y cacicazgos políticos, financieros, académicos y económicos espoliadores. En nuestra descarada incapacidad de construir infraestructura urgente que potencie el país. En nuestra condenable incapacidad de entender que es entre TODOS que sacaremos a la Patria del marasmo en el que la hemos dejado caer. En nuestra arrogante falta de compromiso...

¡¡Sabemos donde y cuales son nuestros problemas y errores y sabemos, más que nadie en este planeta, lo que hay que hacer para revertir o corregir esos horrores!!
Estoy plenamente convencido que ni más estatismo ni más capitalismo son la solución para el país. Ninguno de los dos extremos es la solución. La solución, desde la cual se generarán todas las demás soluciones, radica en volver a beber de las fuentes de nuestra historia y concientizarnos sobre el Estado de Derecho que construimos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y que nos desarrolló por encima de nuestros vecinos, y traer al siglo XXI esas enseñanzas y adaptarlas a las exigencias del mundo presente. Las soluciones que buscamos están dibujadas o plasmadas en nuestra propia historia. Es cuestión de tener la humildad, la inteligencia, la voluntad y el respeto de entenderlas, mejorarlas y aplicarlas. Y, por supuesto, para corregir los errores que, de una form u otra, nos han traido hasta este momento y escenario.
Cada día que pasa se hace más urgente, y más tarde, para actuar. No podemos dejar que el país caiga en las condiciones ideales para que seamos un candidato "viable" para que se nos aplique la "doctrina del shock". No podemos dejar que Milton Friedman y sus inescrupulosos abanderados nos venzan.
¡¡Costa Rica bien vale nuestro sacrificio!!

Comments

Popular posts from this blog

CONFESIONES DE UN POLICIA MILITAR COSTARRICENSE

LA IMPORTANCIA DE LOS IMPUESTOS

DESPIERTA COSTA RICA